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fogatas

Un Buen Fuego:
1. Se construye en un lugar seguro que ayude a controlarlo. Partes
2. Se hace del tamaño necesario y no más grande, ya que esto sirve también para ahorrar madera.
3. Se mantiene bajo control y se ejerce vigilancia siempre.
4. Se apaga cuando ya no se necesita.
La mayor parte de las fogatas se hacen con la madera que se encuentre en los alrededores. En los lugares donde no hay madera se usa carbón o se lleva madera suficiente.
La madera es el combustible más común.

Diferentes pasos para aprender a iniciar un fuego:
1. Acondicionar el lugar para la fogata.
2. Aprender cuáles son los tres materiales que se usan y recoger bastante de cada uno (lo suficiente de cada uno para mantener el fuego durante tres minutos, de manera que no necesites alejarte de éste una vez que esté encendido).
Comienza con el fuego básico, y
3. Mantenlo encendido; en seguida construye un teppe o una fogata de consejo y úsalo para tostar algún alimento.
4. Tan pronto como termines de usarlo, apágalo.
5. A menos de que hagas el fuego en un lugar especial, no dejes huella de haberlo hecho.
6. Practica muchas veces; con viento, con lluvia, etc. hasta que estés seguro de que puedes hacerlo (puede ser que necesites aprender a encender un cerillo y mantenerlo encendido hasta ponerlo bajo la yesca. Practica esto también).
7. Trata de que alguien te acompañe cuando prendas fuego. Siempre es más seguro así.

Primer paso: Acondicionando un lugar, dónde encenderlo
* Sobre la arena, rocas o tierra. (Nunca al pie de un árbol o tan cerca de las raíces que provoquen que el calor las mate):
Si no vas a encender la fogata sobre la roca, quita todas las hojas, pasto, ramas, etc, hasta encontrar tierra firme, sobre un espacio bastante grande. Esto es especialmente importante en los bosques. Quita la tierra vegetal, etc, para prevenir que el fuego se esparza por debajo de ésta.
* En un hogar o chimenea, temporal o permanente.
Los hogares temporales se hacen en zanjas o agujeros, sobre leños verdes, rocas, ladrillos, barro o latas vacías.
* Con el viento soplando a tu espalda al pararte frente al fuego. Esto hará que una corriente de aire pase a través del fuego.

Segundo paso: Materiales apropiados
Para encender un fuego se usan tres clases de materiales: yesca, varas y combustible.
Yesca: Todo material que se enciende al acercarle un cerillo. Debe ser en pedazos no más gruesos que un fósforo, pero más largos.
    YescaCepilladura o virutas: ramitas delgadas (especialmente de coníferas), mazos de arbustos o maleza secos.

Ocote: pedazos de corteza delgada, etc. (Desde luego el papel, pero desdéñalo a menos que se trate de una emergencia).

No confíes en las hojas o el pasto seco, encienden rápidamente pero se acaban demasiado pronto, antes de que puedan hacer que otros materiales más durables enciendan.

 

VarasVaras: Varas y ramas secas de tamaños que van desde la que es un poco más grande que la que se usa como yesca, hasta pedazos tan gruesos como un pulgar y desde quince hasta treinta centímetros de largo. Los pedazos más gruesos se pueden rajar para se usados en vez de varas.

CombustibleCombustible: El material que mantiene el fuego. Se trata de piezas de madera firme que van desde las que son un poco más grandes que las varas hasta troncos de buen tamaño, dependiendo del uso que se les vaya a dar. El carbón es usado a menudo como combustible.

Apréndete bien cada clase de material; sé capaz de encontrar cada uno de ellos, y también manténlo a la mano, en una buena leñera, ya sea en una temporal y pequeña o en una más grande y permanente.

¿Qué madera usar?
Probablemente comenzarás usando cualquier cosa que encuentres.

A medida que vayas progresando, aprenderás acerca de ciertos tipos de madera y cuáles son los mejores para ciertos propósitos:

  La yesca puede ser cualquier material muy ligero y seco -no más grueso que un fósforo-. Haz pequeños manojos de ramitas.

Las varas deben romperse con un chasquido. En general, las ramas que están en la parte baja de los árboles son las mejores. Las ramas que estén en el suelo pueden estar húmedas, y por lo tanto no son muy útiles.

Las varas que se doblan y no se parten están verdes; puedes usarlas hasta que el fuego haya prendido bien.

La madera que se desmorona está podrida, vas a encontrar mucha, pero no la uses, ha perdido toda su vida y sólo humeará sin dar calor.

La madera Rajada arde muy bien; la parte interna de un tronco siempre la encontrarás más seca que la externa.

En tiempo de lluvias, cuenta sólo con la madera seca que aun esté en los árboles; se secará más rápido que la que está en el suelo, pues el aire circula a su alrededor.

La Madera Suave es producida por árboles de crecimiento rápido: pinos, abetos, cedro, abedules, álamo, entre otros. Esta madera es conveniente para iniciar un fuego, o para fuegos intensos. Se quema rápidamente y necesita reponerse constantemente, no deja buenas brasas.

La Madera Dura es producida por árboles de crecimiento lento: roble, nogal, abedul amarillo, maple (arce), fresno, mezquite (algarrobo americano), eucalipto, entre otros. La madera dura es compacta, firme y pesada, cuando se compara con una madera suave del mismo tamaño. Esta madera arde lentamente y deja brasas duraderas. Necesita un buen fuego vivo para encender y después arde muy bien durante largo tiempo.

 

LeñeraLa Leñera
Una buena leñera es una conveniencia a la vez que un proyecto de seguridad.

Apila la madera de manera que la yesca, las ramas y el combustible queden en montones diferentes.

Coloca la leñera cerca del fuego, pero a una distancia que te permita caminar alrededor de éste, al lado contrario de donde sopla el viento, y a una distancia que evite que las chispas la alcancen.

Tercer paso: Manera de iniciar el fuego básico
1. Antes de empezar, acondiciona el lugar para la fogata.
2. Ten listos y a la mano:
una buena cantidad de yesca,
una doble cantidad de varas
todo el combustible que necesites, a menos que haya recolectores de leña trabajando al mismo tiempo que tú, y por lo tanto no tengas que dejar el fuego ya encendido.
3. BaseCon el viento soplando a tu espalda, arrodíllate; toma pequeñas varas y colócalas formando un ángulo como se muestra en el dibujo; atraviesa una rama sobre las otras dos para formar como una A.
4. Coloca una buena cantidad de yesca compacta en el ángulo de las varas o sobre la vara atravesada, de manera que no toquen el piso, para que el aire circule.
Deja un hueco en el centro y abajo, para meter el cerillo.
Recuerda: El fuego necesita aire. La flama arde hacia arriba. Sólo el material que se encuentre sobre la llama arderá.
5. IniciandoPrende el fósforo, volteándolo hacia abajo para que la madera encienda (si es necesario cúbrelo del viento con las manos).
Una vez que haya prendido bien, mételo en el hueco, bajo el centro de la yesca.
Si el cerillo se apaga, úsalo como yesca.
Si es necesario, sopla suavemente sobre la base del fuego.
6. Una vez que la yesca empiece a prender,
comienza a añadir varitas,
poniéndolas suavemente sobre la flama,
para formar una pequeña pirámide,
hasta que tengas un fuego vivo.
7. Empieza a añadir varas una por una, colocándolas suavemente en donde la flama esté mejor; comienza con varas delgadas y gradualmente agrega piezas más gruesas, siempre en forma de pirámide.
No hagas cambios súbitos en el tamaño de las varas, sino siempre agrega varas un poco más gruesas que las anteriores hasta que llegues a las del grueso de un pulgar.
Recuerda: hazlo poco a poco.
Mantén tu fogata compacta, que cada vara toque a otras en la parte de su mayor longitud.
8. Coloca un palo pequeño en la base del fuego y levántalo un poco para darle más aire.
9. Cuando el fuego esté ardiendo satisfactoriamente, comienza a añadir los leños y troncos gradualmente, empezando a construir algún tipo de fogata.

Cuarto paso: Diferentes clases de fogatas

ConsejoFogata de Consejo
Es un fuego sólido especial para brasas o para un fuego que vaya a durar largo tiempo.

Comienza con el fuego básico.

Coloca los leños como en el dibujo, empezando con dos leños grandes y rellenando el espacio entre éstos con una hilera de leños un poco más pequeños y éste, a su vez, con otra de leños más chicos, y así sucesivamente.

PiramidePirámide o Tepee
Produce un fuego vivo que sirve para hervir, etc. Concentra el calor en un punto pequeño, en la parte superior.

Comienza con el fuego básico, continúa hasta comenzar a añadirle combustible, formando siempre una pirámide manteniéndola tan vertical como sea posible.

ReflectorFogata de Reflector
Produce un fuego alto y uniforme, sirve para hornear, asar, etc.

Cerca de una roca grande o reflector hecho de troncos, haz una fogata de consejo, déjala hasta que haga brasas. Para horneo rápido, aviva el fuego.

TrincheraFogata de Trinchera
Haz una zanja larga y coloca piedras en sus bordes.

Comienza con uno o más fuegos básicos: una vez que hayan prendido bien, acuéstalos.

A todo lo largo de la trinchera y no muy juntos, atraviesa troncos delgados; sobre éstos coloca troncos gruesos del tamaño de la trinchera.

Después, otra hilera de troncos atravesados, otra, a lo largo etc.

Los troncos delgados permiten la circulación del aire.

Si el fuego no arde bien, asegúrate de que puede penetrar bastante aire por el frente; si es necesario, levanta los troncos un poco más en el frente.

LataFogata dentro de una Lata
Se trata de una fogata pequeña pero de un fuego uniforme que va adentro de una estufa hecha con una lata grande.

Comienza con un pequeño fuego básico de yesca.

Ten lista una cantidad regular de varas no más gruesas que un pulgar.

Mantén un fuego pequeño y aliméntalo regularmente con ramas pequeñas.

Necesita mucho aire. Ten a la mano un poco más de yesca para reforzar.

Coloca la lata sobre la fogata una vez que el fuego esté ardiendo bien.

La cocina con lata necesita de dos personas, una para alimentar el fuego y la otra para cocinar

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  Robert Stephenson Smyth
Baden-Powell, Lord of Gilwell.

Nació en Londres, Inglaterra, el 22 de febrero de 1857. Su padre fue el reverendo H.G. Baden-Powell, profesor en Oxford. Su madre fue hija del almirante inglés W.T. Smyth. Su bisabuelo materno, Joseph Brewer Smyth, había ido a América como colonizador en Nueva Jersey, pero había regresado a Inglaterra naufragando en su viaje de regreso. Baden-Powell fue, por lo tanto, el descendiente de un religioso por un lado, y de un aventurero colonizador del Nuevo Mundo por el otro.

Su padre murió cuando Robert tenía unos tres años de edad, dejando a su madre con siete hijos, el mayor con menos de catorce años de edad. Con frecuencia sufrieron penalidades, pero el mutuo amor de la madre por los hijos y de éstos por la madre siempre los sacó adelante. Robert vivió una vida encantadora al aire libre en compañía de sus hermanos, excursionando y acampando con ellos en muchos lugares de Inglaterra.

En 1870 obtuvo una beca en la escuela Charterhouse, de Londres. No era un estudiante distinguido, pero sí uno de los más activos. Era siempre el centro de todo lo más sonado que acontecía en el patio de la escuela y pronto adquirió fama como portero en el equipo de futbol soccer de Charterhouse. Sus habilidades como actor eran sumamente apreciadas por sus compañeros de escuela, cada vez que se le requería para ello, su actuación tenía encantada a toda la escuela.

A los 19 años se graduó en Charterhouse, e inmediatamente aceptó la oportunidad de ir a la India como subteniente en el regimiento que había formado el ala derecha de la caballería que se hizo famosa en la guerra de Crimea.

Además de prestar excelentes servicios militares, a la edad de veintiséis años ya era capitán, ganó el más preciado trofeo de deportes en toda la India en la caza del jabalí, provisto de una lanza corta como única arma.

En 1887 B-P se encontraba en África tomando parte en la campaña en contra de los zulúes, y más tarde en contra de las tribus de los feroces ashantis y de los salvajes guerreros matabeles. Los nativos llegaron a respetarle tanto que, por su valor, su pericia Scout y su asombrosa habilidad para acechar, le dieron el nombre de "Impeesa", que quiere decir "Lobo que nunca duerme".

Se acumulaban dificultades en el sur de África. Las relaciones entre los gobierno británico y el de la república de Transval se habían roto. A Baden-Powell se le ordenó formar dos batallones de rifleros montados, e ir con ellos a Mafeking, una ciudad en el corazón del África del Sur.

Estalló la guerra, y durante 217 días, a partir del 13 de octubre de 1899, B-P defendió Mafeking, resistiendo el sitio contra fuerzas mucho más numerosas, hasta que le llegaron refuerzos el 18 de mayo de 1900.

La Gran Bretaña había permanecido en suspenso durante estos largos meses; cuando finalmente recibió la noticia de que se había logrado el objetivo buscado, B-P fue elevado al rango de Mayor General y convertido en el héroe de sus conciudadanos.

En 1901, como héroe de hombres y muchachos, regresó del África a Inglaterra para ser colmado de honores y descubrir, con sorpresa, que su popularidad personal se había extendido a su libro "Aids to Scouting" (Ayudas para el Escultismo), destinado al ejército, y que estaba siendo usado como libro de texto en las escuelas para muchachos.

Esto para B-P era una gran oportunidad. Se dio cuenta de que ahí estaba su ocasión de ayudar a los muchachos de su patria a convertirse en jóvenes fuertes. Si un libro sobre Escultismo, escrito para hombres, les había atraído, ¡cuánto más les atraería uno escrito para ellos!

Se puso a trabajar recopilando sus experiencias en la India y en el África entre los zulúes y otras tribus salvajes. Se hizo de una biblioteca especial y leyó todo lo relativo a la educación de los muchachos a través de la historia, desde los muchachos espartanos, los antiguos británicos y los indios Pieles Rojas, hasta nuestros días.

B-P desarrolló despacio y con sumo cuidado la idea del Escultismo, deseaba estar seguro de que daría resultado. Así pues, en el verano de 1907 llevó un grupo de veinte muchachos a la isla de Brownsea, en el Canal de la Mancha, al primer Campamento Scout que el mundo contempló. El campamento fue un gran éxito.

Y después, en los primeros meses de 1908, publicó en cuatro entregas quincenales e ilustrado por él mismo, su "Manual de Adiestramiento: Escultismo para Muchachos", sin siquiera soñar que este libro sería el motor que pondría en marcha un sistema que habría de impactar a muchachos del mundo entero. Aún no había acabado de aparecer Escultismo para Muchachos en las vitrinas de las librerías y en los puestos de revistas, cuando ya se habían comenzado a formar Patrullas y Tropas de Scouts, no sólo en Inglaterra, sino también en otros países.

El Movimiento creció y creció; para 1910 había alcanzado tales proporciones, que B-P se dio cuenta de que el Escultismo iba a ser su obra. Tuvo la visión y la fe para reconocer que podía hacer más por su patria educando a las generaciones nacientes para que sus muchachos se convirtieran en buenos ciudadanos, que entrenando a hombres para convertirlos en buenos soldados.

Por lo tanto, renunció a su puesto en el ejército, donde ya ostentaba el grado de Teniente General, y se embarcó en su segunda vida, su vida de Servicio al mundo a través del Escultismo. Recogió su premio en el crecimiento del Movimiento Scout y en el amor y el respeto que le tenían todos los muchachos alrededor del mundo.

En 1912 hizo un viaje por todo el mundo para conocer los Scouts de muchos países. Eran los principios de la Hermandad Mundial. Sobrevino la primera guerra mundial e interrumpió por algún tiempo este trabajo, pero al final de las hostilidades lo reasumió. En 1920 los Scouts de todo el orbe se congregaron en Londres en la primera reunión internacional: el Primer Jamboree Mundial. La ultima noche de este Jamboree, el 6 de agosto, B-P fue proclamado Jefe Scout Mundial por una entusiasta multitud de muchachos.

El Movimiento Scout continuó creciendo. El día que el Movimiento cumplió su vigésimo primer aniversario, sus miembros habían llegado a la cifra de dos millones, repartidos prácticamente en todas las naciones civilizadas. En esa ocasión, B-P fue honrado por el rey Jorge V haciéndole Barón con el título de Lord Baden-Powell de Gilwell. Sin embargo, para todos los Scouts será siempre B-P, Jefe Scout Mundial.

Murió apaciblemente el 8 de enero de 1941; un grupo de soldados y scouts, en que se mezclaron los blancos y los negros, lo condujo hasta su última morada a la sombra del Monte Kenya.

 
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